
¿Qué es el té matcha y por qué es tan especial?
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El matcha no es un té cualquiera, es una experiencia. Nació en los templos budistas de
China y floreció en Japón, convirtiéndose en el alma de la ceremonia del té. Su secreto está en su cultivo: las hojas crecen en sombra, acumulando clorofila y L-teanina, lo que le da su vibrante color verde y su sabor umami.
Aporta energía sin nerviosismo, claridad sin agitación. Se bate, no se infusiona; se bebe,
pero también se siente. Hoy, su magia va más allá de la taza: ilumina lattes, postres y hasta cosméticos. Más que un té, es un ritual y una forma de entender la vida.
Historia y origen del Té Matcha
Rastreando el origen del té, leyenda y realidad se entrelazan creando un relato digno de
una saga literaria. Cuenta la tradición que, por azar y gravedad, las hojas tiernas de una
camelia cayeron en la olla de agua hirviendo del emperador chino Shen Nong, alrededor del 2737 a.C., dando origen a una de las bebidas más influyentes de la humanidad: el té. Durante milenios, su preparación consistió en infusionar hojas más o menos fermentadas y fragmentadas, variando según la región. Durante la dinastía Tang (618-907), se popularizó la costumbre de prensar hojas en ladrillos para facilitar su transporte, lo que favoreció su fragmentación y el consumo directo de pequeñas partículas en la infusión.

Sin embargo, fue en la dinastía Song (960-1279) cuando los monjes budistas comenzaron a moler las hojas hasta obtener un polvo fino, batiéndolo con agua caliente en un ritual meditativo. La delicadeza del proceso y la concentración que lograban con el matcha les facilitaban alcanzar el Sanmei (三昧), un estado profundo de meditación y absorción mental en el que la mente se encuentra completamente enfocada y libre de distracciones. Durante este periodo, el monje Eisai llevó esta tradición a Japón en 1191 tras su viaje a China. No solo introdujo semillas de té verde, sino que también promovió su consumo por sus beneficios para la concentración y la meditación. Su obra Kissa Yōjōki (喫茶養生記), "El libro del té y la salud";, destacaba las propiedades medicinales y espirituales de este elixir verde.
En Japón, durante el periodo Muromachi (1336-1573), el té matcha fue adoptado por la aristocracia y los samuráis, evolucionando en la refinada Sadō (茶道, el camino del té), sistematizada por Sen no Rikyū (1522-1591). Aunque con ligeras variaciones a lo largo del tiempo, su visión minimalista y espiritual del té sigue definiendo la ceremonia que ha llegado hasta nuestros días. Un hito clave en la evolución del matcha fue la introducción del cultivo bajo sombra en el siglo XVI, técnica que potencia la concentración de teanina y clorofila, dando como resultado su característico color vibrante y su distintivo sabor umami.
Por ello, aunque el té matcha tiene sus raíces en la antigua China, fue en Japón donde
alcanzó su máximo desarrollo y refinamiento, convirtiéndose en una joya de su cultura y en un símbolo de armonía y bienestar.
¿Cómo se produce el matcha: del cultivo a tu taza?
El té matcha es el resultado de un meticuloso proceso que combina tradición, paciencia y precisión. Todo comienza en los campos de té, donde las plantas de Camellia sinensis se cultivan con un método único: el sombreado. Unas tres o cuatro semanas antes de la cosecha, las plantas se cubren con mallas para reducir la luz solar, forzando a la planta a producir más clorofila y teanina (determinantes a la hora de dar color, sabor y propiedades al Matcha).

Solo los brotes más jóvenes y tiernos se recolectan a mano para garantizar la mejor calidad. Luego, las hojas se cuecen al vapor brevemente para detener la oxidación y preservar su frescura. Tras el secado, se retiran los tallos y nervaduras, dejando solo la parte más noble de la hoja, conocida como tencha (碾茶).
El tencha se muele lentamente en molinos de piedra de granito, a razón de apenas 30
gramos por hora, hasta convertirse en un polvo ultrafino. Este método artesanal evita el
sobrecalentamiento y conserva su aroma, color y propiedades, siendo el preferido para los matchas ceremoniales.
Para matchas de calidad culinaria, se utilizan métodos más rápidos como los molinos de bolas, que emplean esferas de cerámica o acero, o la molienda por impacto o con aire, que aunque eficiente, genera más calor y puede afectar la calidad. Algunos sistemas mecánicos con rodillos también existen, pero no producen auténtico matcha. Para la mejor calidad, la molienda en piedra sigue siendo insuperable.
Beneficios del matcha para la salud
Pero más allá de la tradición, su delicado sabor y el ritual de elaboración, el matcha ha
ganado reconocimiento no solo por su sabor distintivo, sino también por sus múltiples
beneficios para la salud, respaldados por diversas investigaciones científicas.
1. Mejora de la función cognitiva y memoria
Un estudio publicado en 2020 en la revista Nutrients por investigadores japoneses evaluó los efectos del consumo diario de matcha en mujeres ancianas. Tras 12 semanas, se observó una mejora en la memoria episódica y la función cognitiva general, sugiriendo que el matcha podría tener un efecto protector contra el deterioro cognitivo.
2. Reducción del estrés y la ansiedad
En un análisis de estudios publicado en 2023 en Current Research in Food Science,
quedaba patente que el matcha puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Este efecto se atribuye a su alto contenido de L-teanina, un aminoácido que promueve la relajación sin causar somnolencia.
3. Propiedades antioxidantes y antiinflamatorias
En 2021, la revista Molecules destacó que el matcha contiene altas concentraciones de
catequinas, compuestos con potentes efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Estos
componentes pueden contribuir a la prevención de enfermedades crónicas al neutralizar los radicales libres y reducir la inflamación en el cuerpo.
4. Salud cardiovascular
Una revisión de la literatura realizada en 2021 por la Pontificia Universidad Javeriana de
Cali analizó los mecanismos moleculares del matcha y su relación con la reducción del
riesgo cardiovascular. Los autores concluyeron que el consumo regular de matcha puede disminuir factores de riesgo como la hipertensión y la hipercolesterolemia, gracias a sus propiedades antioxidantes y a la mejora en la función endotelial.

5. Control de peso y metabolismo
El matcha es rico en epigalocatequina galato (EGCG), una catequina que ha sido asociada con la mejora del metabolismo y la quema de grasas. Un artículo de 2019 del sistema de salud Baylor Scott & White Health señaló que el consumo de matcha puede apoyar la pérdida de peso y la gestión del peso corporal.
Es importante señalar que, aunque estos estudios sugieren beneficios significativos del
matcha para la salud, se requieren más investigaciones para comprender completamente sus efectos y los mecanismos subyacentes. A pesar de ser un alimento milenario, sus efectos sobre la salud han empezado a llamar la atención en los últimos años y poco a poco se van descubriendo nuevas propiedades que le han otorgado el sobrenombre de “superalimento”. No es baladí el hecho de que Japón sea históricamente el país con mayor esperanza de vida y que múltiples profesionales de la salud integren el Matcha en sus recomendaciones dietéticas.
¿Cómo se usa el matcha en la actualidad?
El matcha ha trascendido su papel tradicional en la ceremonia del té japonesa (Sadō) y se ha convertido en un ingrediente versátil en la gastronomía y el bienestar.
En el ámbito de la alimentación y bebidas, el matcha culinario se usa en lattes, batidos, helados, postres y hasta en platos salados. Su distintivo sabor umami y sus beneficios antioxidantes lo han convertido en un ingrediente estrella en la cocina moderna. En repostería, es común encontrarlo en macarons, bizcochos, cheesecakes y chocolates, donde su color vibrante y su ligero amargor equilibran los sabores dulces.
En el mundo del bienestar y la salud, el matcha es una alternativa al café debido a su
contenido de teína (cafeína presente en el té), que proporciona energía sostenida sin los
picos y caídas del café. Aunque el término teína se usó históricamente pensando que era un compuesto distinto a la cafeína, hoy sabemos que es la misma molécula, pero actúa de manera diferente debido a los otros compuestos del té. Por otra parte, la riqueza en L- teanina (un aminoácido único del té) favorece la concentración y la relajación, lo que lo hace ideal para prácticas como el yoga y la meditación.
Además, el matcha ha llegado a la cosmética, incorporándose en mascarillas, cremas y
productos para el cuidado de la piel gracias a sus propiedades antioxidantes y
antiinflamatorias.
Hoy, el matcha es mucho más que una bebida: es un símbolo de equilibrio entre tradición, sabor y bienestar.